¿Sabías que los antidepresivos no son el tratamiento adecuado para la depresión en niños y adolescentes?

Resulta complicado llegar a diagnosticar una depresión en un niño o en un adolescente. La sintomatología no siempre es la misma que en el adulto dado que un niño o un adolescente puede presentar más irritabilidad o agresividad que un estado de ánimo deprimido en sí. Se puede enmascarar con otros trastornos como ansiedad social o trastorno negativista desafiante. Pero, según las estimaciones, se calcula que entre un 2% y un 8% de los niños de 6 a 12 años y entre un 5% y 6% de los adolescentes de 13 a 18 padece trastorno depresivo mayor.

En el año 2004 la FDA americana alertó del riesgo de aumento de conductas suicidas entre menores tratados con antidepresivos.

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Los episodios depresivos de los padres pueden afectar negativamente a los hijos.

Según un estudio de la Universidad de Columbia y el Instituto de Psiquiatría de la Ciudad de Nueva York (*), la remisión de la depresión en las madres mejora la sintomatología psiquiátrica y conductual de sus hijos en edad escolar. Según parece los hijos de mamás depresivas que presentan problemas psiquiátricos (como puede ser una depresión infantil) o trastornos de conducta (mal comportamiento, oposicionismo, etc.) mejoran al mejorar los síntomas depresivos de su madre. Tener una figura de apego primaria que presente depresión, ansiedad, abuso de sustancias o esté traumatizada puede desencadenar problemas en los niños.

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