¿Sabías que un suceso traumático puede desencadenar cualquier tipo de trastorno mental?

Tras la masacre de Newtown en Estados Unidos ocurrida durante el mes de diciembre donde perdieron la vida 20 niños menores de 7 años que asistían a clase y 6 adultos por los disparos de un adolescente, se han editado numerosos artículos sobre qué tipo de asistencia psicológica ofrecer ante un suceso como éste.

Sin llegar a presenciar escenarios tan dramáticos lo cierto es que a veces en las escuelas se presentan sucesos que suponen un momento traumático para los niños o los profesores.

No existe una evidencia científica clara sobre la efectividad de la intervención psicológica tras un suceso traumático pero tampoco es fácil realizar un estudio en tales condiciones. Lo que sí parece cierto es que un suceso traumático aumenta las probabilidades de padecer algún tipo de desajuste emocional. Durante años se ha pensado que cuando alguien presencia una asesinato o accidente, es muy probable que, si no tiene unas buenas estrategias de manejo de la ansiedad, desarrolle un Trastorno por Estrés Post Traumático.

Parece que ser testigo de un suceso que conlleva la muerte de alguien aumenta tanto el riesgo de padecer estrés post traumático como el riesgo de alcoholismo, consumo de sustancias ilegales o que se desencadene un episodio depresivo mayor.

Así pues en la población infantil y especialmente adolescente habrá que tener en consideración estos datos a la hora de trabajar con ellos.

Hace poco estuvimos en un colegio donde un niño había resultado atropellado delante de sus compañeros en la hora del recreo y el niño había fallecido al instante. El trabajo con los niños y profesores se dividió en tres pasos: por un lado, trabajar con el grupo-clase para que sus compañeros pudieran expresar lo que sentían y hacer un mural de despedida. En un grupo más reducico, trabajar de manera conjunta con aquellos compañeros y amigos que habían vivenciado de forma directa el atropello. Y a nivel general, realizar una charla para los profesores y padres donde se habló de las fases habituales del duelo y de las posibles consecuencias de haber presenciado este suceso traumático. Es aquí donde más se puede incidir en lo general de la respuesta ante un suceso estresante para que los padres o compañeros estén abiertos casi a cualquier reacción. Estando atentos es más fácil la intervención temprana.

Es importante seguir de cerca la evolución de estos niños para que su proceso de duelo «normal» no se enquiste o no agrave síntomas previos.

 

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