¿Sabías que el bilingüismo potencia la inteligencia?

En un mundo cada vez más globalizado, con una gran movilidad geográfica de los habitantes, el bilingüismo es un hecho que ha dejado de ser aislado para convertirse en no sólo frecuente, sino buscado deliberadamente.

Y es que como padres, una de las cuestiones que más nos preocupa en la educación de nuestros hijos es el aprendizaje de más de una lengua. Sabemos que eso va a favorecer sus posibilidades laborales en un mundo competitivo donde es importante distinguirse.

Así pues, la moda del bilingüismo hace ya tiempo que llegó a las escuelas. Sin embargo, hasta no hace mucho tiempo no estaban claras las consecuencias intelectuales de crecer conociendo más de una lengua. Se pensaba que aquellas personas que crecían en entornos multilingües tenían mayores dificultades académicas. 

Hoy en día, podemos ver como esto no sólo no es cierto sino que básicamente, es lo contrario. José Antonio Marina, filósofo y pedagogo, muy involucrado en temas de aprendizaje y talento, afirma en un artículo publicado hace ya un par de meses que al utilizar un idioma, el otro está también activo lo que fuerza al cerebro a tener que estar constantemente decidiendo entre uno y otro y esto refuerza las funciones ejecutivas.

Las funciones ejecutivas son la memoria de trabajo, atención selectiva, planificación, autocontrol, es decir, todas aquellas funciones consideradas básicamente humanas. No hay ninguna otra especie que parezca dar muestras de un desarrollo semejante de tales capacidades. Y cerebralmente están localizada en la corteza prefrontal, que es la parte más nueva en el desarrollo filogenético.

Queda claro entonces que cuando un niño crece en entornos bilingües, su capacidad intelectual se ve reforzada por la constante puesta en marcha de sus funciones ejecutivas. El bilingüismo también favorece su flexibilidad mental y su facilidad para aprender un tercer idioma. Aún queda por delante mucha investigación al respecto puesto que ahora mismo hay niños que crecen rodeados no por dos idiomas sino por tres o cuatro. Habrá que ver hasta qué punto el plurilingüismo puede resultar positivo. Pero parece obvio pensar que a mayor enriquecimiento lingüístico, mayor flexibilidad mental y mejor capacidad de adaptación a entornos cambiantes. Lo cual también es inteligencia.

Por último, otra cuestión que merece la pena destacar es el hecho de que cuando hablamos de bilingüismo no nos estamos refiriendo solo a aquellos casos en los que el niño aprende su lengua materna más una extranjera sino, principalmente a aquellos niños que viven en poblaciones bilingües donde se habla más de un idioma y puede que uno de ellos, no esté muy extendido a nivel mundial. Los mencionados beneficios de criarse con dos idiomas afectarían también a estos niños y los predispondrían a una mayor facilidad para aprender otros.

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