Los niños pequeños y las nuevas tecnologías

Hasta hace unos años hablar de niños pequeños y nuevas tecnologías parecía algo imposible. Era como si no se pudiesen usar esas dos palabras juntas en una frase dado que los niños muy pequeños no tenían acceso a ellas.
Actualmente, con el boom de las tabletas y los móviles inteligentes el acceso a las nuevas tecnologías está a la mano de cualquiera y parece que especialmente a la mano de los más pequeños.
No queremos ser tremendistas porque está claro que el uso de las nuevas tecnologías es algo que tendremos que ir integrando en la educación de los más pequeños pero hay ciertas cuestiones que deberíamos tener en cuenta.

Serge Tisseron, psiquiatra francés, habla de cuatro etapas en el uso de las pantallas. Éstas etapas abarcan tramos de edad hasta los 3, 6, 9 y 12 años. Según Tisseron lo recomendable sería que los niños hagan un determinado uso de las pantallas en cada una de las etapas y los recomendado en la etapa de cero a tres años es que tengan el menor contacto posible o incluso ningún contacto con pantallas.

¿Por qué esta reticencia de los expertos a que los niños pequeños no tengan contacto con las tabletas, móviles y ordenadores?

Aquí exponemos varios motivos:

  • La exposición a un elevado número de estímulos visuales puede provocar demasiada excitación que conduce a irritabilidad y dificultades para dormir.
  • La rapidez con la que cambian los estímulos en determinadas aplicaciones (por ejemplo, YouTube) no ayuda al desarrollo de la atención sostenida. Esto dificulta el inicio del desarrollo de una de las funciones ejecutivas básicas y necesarias para cualquier tipo de aprendizaje: la capacidad de prestar atención durante largo tiempo a un solo estímulo.
  • Y, por último, queremos hacer mención del uso que suelen hacer los adultos de tabletas y móviles para entretener a los niños mientras estos esperan (ya sea en el médico, en la cola del banco, o en un restaurante). La capacidad de aprender a esperar es básica para el desarrollo del autocontrol. Los padres lo hacemos muchas veces creyendo que así calmamos su impaciencia y (también hay que reconocerlo) porque es cómodo tener al niño entretenido sin que moleste a nadie.
    Existe un test ya mítico en psicología que es el marshmallow test: En él se pedía a un niño que acompañara a un investigador a una sala y, con la excusa de ir a buscar algo, se le dejaba solo allí esperando con un bol lleno de golosinas a su alcance mientras el investigador regresaba. En dicho estudio seguido a lo largo del tiempo, se pudo observar que aquellos niños que tuvieron mayor capacidad de espera y resistir la tentación fueron capaces más adelante en su vida de tomar decisiones pensando en beneficios a más largo plazo. Sobre todo en lo referente a sus estudios.Mientras que aquellos niños cuya impulsividad les había llevado a consumir las golosinas antes de que volviera el adulto a la sala, habían desarrollado una menor capacidad de autocontrol.

Éstas son los tres motivos principales por los que el uso de las nuevas tecnologías están desaconsejados en niños menores de tres años. Aunque a veces la opinión de los expertos nos parece excesiva o tremendista nunca está demás tener en cuenta estas circunstancias. Este post se ha elaborado para el blog de la escuela infantil Lázaro.

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